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En primer lugar, la UE debe prevenir incidentes perturbadores y aumentar su resiliencia frente a las amenazas y vulnerabilidades de las infraestructuras de cable submarino.
También debe aumentar su capacidad de detección para estar en condiciones de identificar y anticipar las amenazas lo antes posible.
Cuando se produce un incidente, la UE debe aumentar su capacidad de respuesta de manera coordinada y solidaria con los Estados miembros más afectados. En particular, la UE debe desarrollar las capacidades adecuadas para recuperarse lo antes posible de cualquier incidente.
Por último, la UE debe reforzar su postura disuasoria. Actuará para proteger la seguridad de las infraestructuras marítimas críticas y exigirá responsabilidades a los agentes malintencionados, incluidas las acciones contra la «flota en la sombra».