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El primer pilar de la Ley — la Iniciativa Chips para Europa- reforzará el liderazgo tecnológico de Europa, facilitando la transferencia de conocimientos del laboratorio a la fab, reduciendo la brecha entre la investigación y la innovación y las actividades industriales, y promoviendo la industrialización de las tecnologías innovadoras por parte de las empresas europeas.
Además de la Iniciativa Chips para Europa, el segundo pilar de la Ley Europea de Chips incentivará las inversiones públicas y privadas en instalaciones de fabricación para los fabricantes de chips y sus proveedores.
El segundo pilar de la Ley Europea de Chips creará un marco para garantizar la seguridad del suministro atrayendo inversiones y mejorando las capacidades de producción en la fabricación de semiconductores.
En su tercer pilar, la Ley Europea de Chips también establecerá un mecanismo de coordinación entre los Estados miembros y la Comisión para reforzar la colaboración con los Estados miembros y entre ellos, supervisar la oferta de semiconductores, estimar la demanda, anticipar la escasez y, en caso necesario, activar una fase de crisis. Para hacer frente a estas situaciones, la Ley Europea de Chips establece un conjunto de medidas específicas que pueden adoptarse.
En palabras de la vicepresidenta ejecutiva para Una Europa Adaptada a la Era Digital, Margrethe Vestager,
«Los chips son esenciales para todos nuestros productos digitales y digitalizados. Y el acuerdo alcanzado hoy contribuirá a garantizar el suministro de semiconductores innovadores en Europa. Acelerará la adopción de chips innovadores por parte de las empresas europeas, haciéndolos más competitivos. Por lo tanto, acogemos con satisfacción que los Estados miembros y el Parlamento Europeo hayan alcanzado este acuerdo en un plazo muy breve».