En las conclusiones del TTC 2, la Unión Europea y los Estados Unidos reconocieron «la importancia de las tecnologías emergentes para la prosperidad y la seguridad mundiales» y declararon que «se han comprometido a intercambiar información y explorar oportunidades de colaboración en nuestros programas de investigación y desarrollo, en particular para la inteligencia artificial (IA), las tecnologías de telecomunicaciones más allá de la 5G y la 6G y la computación cuántica.