El objetivo principal de este estudio actualizado es reevaluar la probabilidad de alcanzar los objetivos de conectividad de la Sociedad del Gigabit 2025 y la Década Digital 2030 tras los últimos avances en términos de políticas, normativas e inversiones en materia de conectividad a escala europea y nacional. Gracias a los ambiciosos planes nacionales de banda ancha y al compromiso del sector de las telecomunicaciones, junto con las inversiones públicas y privadas, la UE ha avanzado en la consecución de los objetivos de conectividad en los últimos años.
En general, todos los Estados miembros han aplicado un enfoque estratégico global para el despliegue de redes de banda ancha que ha dado resultados prácticos. Los PNA exitosos consideran las condiciones iniciales de su Estado miembro de referencia, describen medidas concretas que se basan en sus puntos fuertes individuales y definen medidas para abordar los desafíos. Los PNA analizados en el estudio suelen identificar uno o dos puntos focales de las siguientes líneas de acción: Medidas del lado de la demanda, medidas del lado de la oferta, medidas reglamentarias y organizativas, medidas de transparencia. No existe una solución única para todas las estrategias de banda ancha en toda Europa. Por lo tanto, los PNA se adaptan principalmente a las necesidades de cada Estado miembro, aunque algunas medidas pueden adaptarse y aplicarse fácilmente en varios Estados miembros en condiciones similares.
Sin embargo, alcanzar los objetivos de la Sociedad del Gigabit 2025 y la Década Digital 2030 podría resultar difícil para algunos Estados miembros. Algunos de los factores que pueden estar ralentizando el progreso hacia la consecución del objetivo de conectividad son, por ejemplo, la baja cobertura de FTTP, el bajo nivel de capacidades digitales, las bajas tasas de suscripción para velocidades de gigabit, la topografía difícil, el despliegue desafiante y costoso en zonas rurales y remotas, las barreras al proceso de inversión, los altos precios de la banda ancha, los planes de inversión insuficientemente amplios, la elevada cuota de mercado de DOCSIS 3.1, la baja densidad de población, el elevado número de usuarios de banda ancha móvil, etc.
Si la UE no quiere quedarse rezagada a nivel mundial, el desarrollo de la banda ancha debe acelerarse aún más. A este respecto, el suministro y la explotación de redes de gigabit y servicios de internet son cruciales para el futuro desarrollo económico y la competitividad de la UE, así como para el progreso y la cohesión de la sociedad en su conjunto. Las políticas e iniciativas actuales, como Next Generation EU, el MRR, el programa político de la Década Digital, el MCE2 Digital, la Ley de Infraestructuras de Gigabit, el conjunto de instrumentos de conectividad, tendrán un enorme impacto en el despliegue de las tecnologías de banda ancha.